i
Recorriendo los caminos
de su accidentada figura
miro sobre el paradigma,
el encierro musitado del cuerpo.
Su oquedad sonora y expansiva,
es visible en las membranas traslúcidas,
de la masa sostenida al esqueleto.
ii
Y decido,
por inercia,
disolverme en el aire
del otro lado del reflejo.
iii
Furtiva verdad contenida
en el estrecho espacio somático
de un silencio forzado.
Te escucho.
1 comentario:
Cada vez que te leo, me parece más remota e improbable la idea de que alguna vez me hayas dicho que te gustaba lo que yo escribía.
Hoy día, lo que tu escribes activa algo dentro de mí, que ni siquiera puedo estar seguro de que en verdad sea mío. A veces parece autónomo, y reacciona cuando te leo. A veces, venir a leerte significa aventurarme a ver qué se moverá dentro de mí ésta vez. Qué sentiré en el vientre ahora.
Al principio, creía que formarías en tí una escitora. Ahora creo que ya existía desde que naciste, sólo necesitaba despertar.
Me fascinas convertida en letras.
Te extraño.
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