domingo, septiembre 27, 2009

Acicalar

I

¿Ese es tu disfraz de rebeldía?

Eres ficción debajo del pellejo,

Quimera moderna,

tu saliva es agria,

tu cabeza llena de moscas,

y tus piernas flojas

alojan un montón de gorrones.

Y sonríes,

incapaz de mirarte.

Ni veinticinco centavos,

por el disfraz y el relleno.


II
En la punta de la lengua.

A flor de piel.

Entre ceja y ceja.

No encontraba una escoba para barrer, lo intente soplando pero el polvo me cubrió la mirada y dolorosamente fui soplando a ciegas. No puedo hacerlo de otra forma, las manos no sirven con tantas partículas dispersas. Al diseminarse en el aire me compacto yo como concreto; mientras se vuelve más ligero, yo me acerco dos toneladas al centro de la tierra; mientras se mezcla con las nubes, yo me convierto en masa terrenal, definida, inmutable. El polvo irrita, quema, por eso lo barro. No puedo hacerlo de otra manera, me muerdo siempre las uñas, levanto los ojos cerca de las cejas, hablo con sarcasmos, tengo una lista de manías adquiridas huéspedes de mi. Y gateo a ciegas, soplando polvo que me quema, que se barre pero no desaparece, regresa siempre y lo cubre todo.

Entre pensamientos y movimientos autómatas hubo espacio para el polvo, para el tiempo que lo dejo, para la vida y después el ardor. Casi me deja ciega, casi me quema la piel, casi me cierra la garganta.

Lo sentí

Entre ceja y ceja.

A flor de piel.

En la punta de la lengua.


III

No soy lo que crees, no soy lo que digo que soy, no soy lo que creo cuando despierto. No soy mas que la alucinación de lo que deseas y mi propia posibilidad de ser.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cierto, somos una mentira bien construida. embusteros de nuestra personalidad, embaucadores de nuestro ego, somos la ilusión más compleja que una maquinaria de reloj funcionando para atrapar el tiempo. A veces estamos tan sincronizados con la mentira, que pensamos que somos lo que somos, que somos "reales".

Hermoso poema.

"tu cabeza llena de moscas"
Buena manera de describir los pensamientos.

Puedo incluso escuchar las mías, aovando en mi cerebro.

Dzoara dijo...

Todo comenzo queriéndo deshacerme de algunos piojos que se me enterraban en la piel, me acicalaba. Tan pronto comenzaron a definirse me encontre mirándome y fué mas sencillo. Aceptarlo, no tanto.
A veces creo ser presa de ellas, cómo un anfitrion que alquila el espacio de su cuerpo creyendo que tiene una nueva posibilidad de ser.
Pero solo zumban tan rápido y tan fuerte que terminas por no escuchar nada.

Gracias por compartirme el sonido de las tuyas : )