martes, julio 28, 2009

Sistema eléctrico

Una tarde de Mayo en que el precario mantenimiento de la ciudad se comió el sistema eléctrico de la colonia, me apresuro a salir de ese lugar: el hedor de esa sala y la puerta rechinando no podrán mantener mis nervios tranquilos por mucho tiempo...
Desde la mañana no hay nadie en casa, y hace meses me domina la cabeza el deseo de tumbarme en mi cama y permanecer totalmente sola una noche. Bajo huyendo torpemente por las escaleras para encontrarme que la calle es aún mas monstruosa sin luz -sólo por debajo de esta pestilente casa, podría sangrarme la nariz- Camino tan rápido como los tacones me permiten, por momentos creo que hago maravillas siendo la primera ves en mucho tiempo que desempolvo este par. Siento que la oscuridad me agrede, apenas puedo distinguir siluetas que en ocasiones se definen cuando pasa un auto en contraluz, o están tan cerca de mi como para querer correr a refugiarme en algún lugar; uno nunca sabe que maldito demonio puede surgir de las sombras. ¡Si tan solo pudiera equilibrarme y esta tonta falda me soltara las piernas! he recorrido mil veces este trayecto, ahora me parece estúpidamente eterno y vacío. La poca luz que entra a mis ojos me juega alucinaciones extrañas, he creído ver siluetas rodearme y siento que ese horrible hedor a madera húmeda llena orines de gato se aferra a mi nariz, me esta siguiendo. De nuevo podría correr, trato de no caer en ese hoyo que se hizo hace dos semanas cuando un rayo tumbó el único poste de luz que alumbrada decentemente este tramo de la calle, pero el susurro de las siluetas caminando y riendo perversas al otro lado de la calle me provoca el impulso de girar constantemente hacía atrás. El golpeteo de unas llaves me sigue los pasos. Lo juro. Tan pronto llego a la puerta del zaguán, siento que se aproxima ese ruidito, busco desesperada mis llaves a tientas en mi pequeño bolso, ¡es ridículo su tamaño! y el hecho de que mi corazón me perfore el tórax lo es aún más. Desesperada trato de sentir la llave correcta pero se multiplica tantas veces como intento atraparla y mis poros se están hinchando súbitamente como escotillas, cómo si a los pulmones no les fuera suficiente el aire para respirar. Alguien se acerca, lo sé, casi puedo verlo por la rabilla del ojo, lo siento, ¡lo escucho!; un asaltantesecuestrador¡asesinopsicópata! Deprisa coloco la llave. Sombras, pasos, risas, viento corren hacía mi y me cega la necesidad de gritar tan pronto gira la llave y me sitúo en una fugaz movida del otro lado de la puerta.
A salvo. Casi creo haber emitido un grito ahogado, pero ¿para que gritar?,¡no esta sucediendo nada! Siento el color regresarme a la piel y camino por ese largo y oscuro pasillo comunitario, mientras me sonrió a mi misma con la euforia triunfante de quien ha ganado una batalla.

3 comentarios:

XND dijo...

Androide Paranoide

( ¡¡Volvíste!! )

XND dijo...

Creí que habías vuelto, pero no. Y te extraño mucho.

Anónimo dijo...

Me gustó, me provocaste suspenso y mucho tic tac tic tac!

Esta historia es digna de filmarse en un corto blanco y negro y sólo colorear los labios y los tacones.